22 de abril de 2011

Guerra

En el mundo
siguen saliendo brotes de mariposas
debajo de las piedras
siempre hay un latido adentro de una espina
otro día otras lunas otros tiempos
hombres y mujeres con brazos de pájaros
y voces de viento
dispuestos a otras guerras
despiertan a la ciudad dormida
navegan la vida


Una de las últimas fotos de Chris Hondros uno de los dos fotógrafos (daños colaterales) muertos en Libia en abril de 2011 

Marzo de 2011
La OTAN admite “daños colaterales” en Libia.
La OTAN dice que los “daños colaterales” serán reducidos al mínimo.

leo
y un rinoceronte me sale por los poros
cabalga furioso en el pecho
y patea los ojos sordos que se parten
con los civiles inocentes colaterales
con los pobres aplastados colaterales
con los sueños de los pisoteados colaterales
y se vomita en el petróleo en los aliados en los cómplices en los carniceros
y en las mentiras colaterales

leo
y recuerdo las manos de espanto
abriendo la tierra de zanjas oscuras
manos abrasando los cuerpos
desgarrados por los nazis
no hay razón
no hay locura
no hay razón en la locura

leo
y revuelvo mis pies de arroz
en los pantanos de Vietnam
huesos sin carne mojados con sangre
tapan la desnudez humillada
y secan las lagrimas que salen a gritos
de las caras de los niños impávidos colaterales
corriendo la historia por una carretera
delante de impúdicos soldados invasores

leo
y se ciegan los oídos
con el atropello de la bomba que cae en Gaza
el abuelo cubre con su cuerpo
a uno de los tres adolescentes palestinos
mientras los pedazos de carnecita trémula
quedan como mariposas ronroneantes
en la mirada interrogante del perro
que intenta levantarse unos metros más allá

leo
y las pirañas me deshilachan las entrañas
pisotean los claros paisajes del sur los deforman
como a los pies las caras las ilusiones de los niños de Malvinas
convertidos en hombres a la fuerza en héroes en muertos
otra vez brota  salvaje la primera sangre
argentinas las islas
regadas por ternuras ni siquiera adivinadas

leo
y los aliados bárbaros y los sátrapas internos
piden complicidad para el despojo
el horror se repite y se renueva
con los daños colaterales
en Angola  en el Golfo  en Bagdad
en Haití  en Turquía  en Corea
en la isla de Granada  en Panamá  en Irak
en el mundo

11 de abril de 2011

Sólo una caricia.doc

 
La ventana indiscreta - Luis Felipe Noé

Tenías la piel distraída y ausencia de sol en la mirada. Sin tan sólo hubieses llamado. No era retroceder en el tiempo, tomar un cuerno y gritar desde adentro. Era sólo una llamada. Pero eras un chico tecno y socializabas con los aurículares puestos, con los mails, con el Twitter y con el Facebook. Mensajes urgentes, continuos. Exceso de comunicación en una habitación cerrada.  Encerrado. En un océano de palabras, un desierto de expresiones. Miles de amigos se fueron acercando a tu vida publicada. Y te cubrieron de opiniones, de consejos, de informaciones. Útiles e inútiles. Cientos de palabras navegando de cabeza en cabeza, de cuerpo en cuerpo. Lejanos, sin olores, sin piel. Ni tibios, ni helados, ni calientes. Miles de cuerpos. Que no te podían tocar. Que no podías tocar. Tantas memorias y ningún recuerdo. Mientras en la habitación en penumbras, detrás de la máquina, se escondían tus ojos desmenuzados. Tus ojos sin muelles ni barcos. Perdidos en miles de identidades. Identidades interfaseadas, iluminadas, cambiando datos, fantasías. Miles de vidas en una. Una vida en miles. Criando soledades. Comiéndose el azul de la mañana. Jugando la noche con juegos solitarios. Matar y matar gente en la cabeza y volverla a revivir. Respirando y expirando en cada intento de pelear la realidad. De extra desolado a actor principal y sin cambiar de escenario.
Un día estrellaste las imágenes contra la pantalla. Apagaste la máquina y se te oscurecieron las pupilas. Te desarmaste. Miles de blogs se desesperaron. Miles de amigos reemplazaron los ja por los snif. Se mandaron condolencias y cartas y versos y emoticones y mariposas con las alas negras.

Pero nadie me pudo armar con la mirada. Nadie apoyó su cabeza en mi hombro. Ninguna brisa me suspiró los ojos. Ninguna lágrima me incendió la piel. Ni un susurro detrás de la oreja. Ni un beso en la boca.
Si tan sólo hubiese llamado.

5 de abril de 2011

Enojo


Manifestación - Antonio Berni
 Me enojan los ojos blancos de las bestias
y los ojos rojos del hambriento
mis ojos enojados que se enojan
con la risa descreída de algún necio
con la sangre aguada de sus venas
con las miradas  que parecen camalotes
que pasan después de la creciente
y no van a ningún lado
me enojo con los cuerpos siempre inertes
y sus ropas siempre santas
me enojo conmigo y con mi enojo
y a la ira le grito apasionada

 Enojo a los cielos inventados
para que no se enojen los cándidos creyentes
que irán al infierno enojados
por no poder cumplir los mandamientos
enojo al tino    al pudor   a la moralina
y a la calma gentil e inofensiva
ojalá pudiera enojar
a las bandadas de buitres 
que se comen la vida  ajena de un soplo  
 ausentes de memoria
no recuerdan cuando más de una vez nos enojamos
con gritos aguerridos
y piedras en los bolsillos
por si acaso

Cuando te enoje la mierda sombría del subsuelo
y el brillo de hojalata del arriba
la cacería de nubes en jirones
y el maltrato airado del violento
enojados enojaremos
a los peces de colores
 que solos se ahogan en el aire
y  los pájaros muertos
 volarán enojadas las cabezas
de los bichos transformados en humanos
las calles enojadas de barro
saldrán a caminar por los senderos
y las flores inocentes
serán carnívoras flores enojadas

Cuando se enojen las palabras presas en las gargantas
y la obediencia se enoje  con las formas
se enojarán los brazos abrazados al abismo
y los brazos baratos extranjeros
cuando el río enojado devuelva a nuestros hijos
y la rabia libere a los pueblos
olas de sangre inundarán las guaridas
de los pobres guardianes del infierno
a las garras del dragón enojaremos
del miedo se le caerán las uñas a pedazos
y enojados cambiaremos al enojo
y al infierno