7 de mayo de 2011

Buenas Noticias

Los colores del río le inundaron la cabeza y los peces se le ahogaron en los ojos. Lloró como nunca. Por fin había llegado el momento. Tiró las perlas y escondió la venganza en la tetera. Tomó entre sus manos una mandarina de loza violeta. Se cubrió el pelo con un manto de terciopelo amarillo. Entró  a verlo con la autoestima bien en alto. Esta vez no se arrodillaría a sus pies. Ni transpiraría sangre de color índigo. La vergüenza giraba como un remolino alrededor de su cabeza. Se desatornilló las humillaciones y las dejó sobre la mesa. Le selló los labios con almíbar hirviendo. Le quemó la lengua y le arrancó la piel. A él lo encontraron con llagas en los ojos. Y astillas de una mandarina de loza violeta, clavada en la entrepierna. Ella había encontrado su sonrisa perdida. Nunca más le desgarrarían las entrañas.

Afuera hacía hambre de amatistas azules. Y en los trompos de luz, los árboles atrapaban moscas ultravioletas.

5 comentarios:

  1. Yo encontre una sonrisa en este texto. Me encanta. Quedo genial.

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  2. "Y astillas de una mandarina de loza violeta, clavada en la entrepierna. Ella había encontrado su sonrisa perdida. Nunca más le desgarrarían las entrañas" Fuá! Flor de mujer!!! Buenísimo Occhi!

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  3. Gracias chicas, me costó un poco ubicar la mandarina de loza violeta, pero al final encontró el lugar adecuado.

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  4. poesía a partir de sosotener la integridad, quedó excelnte.

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  5. Gracias Jorge, fue todo un desafío. La locura, la razón y el afecto que nos une es todo un desafío.

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